viernes, 8 de junio de 2007

El Amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes, el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se rompió en la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran
por las ventanas, pero la sombra no ha trído paz.
Es, ya lo sé, amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías y sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal, ella no la ha visto).
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

-Jorge Lusi Borges-


08.06.07

1 comentario:

Gustavo Adolfo Chaves dijo...

Encontré tu blog de casualidad, y veo que compartimos intereses.- Me gusta la variedad de los poemas que posteás. Y este de Borges es fabuloso, sobre todo porque es difícil decir algo nuevo sobre el amor. Saludos.